Antes de irte a dormir, dedica unos minutos a relajar cualquier tensión que haya en tu cuerpo dirigiendo suavemente la respiración hacia esos lugares. Permite que tu mente se silencie y luego recuerda tu día desapegadamente. ¿Cuántas veces fueron tus sentimientos influenciados porque te re-identificaste con lo que pasó ayer, o hace una semana, o hace unas décadas? ¿de qué manera afecta el valor que le das a tus recuerdos la forma en que juzgás conversaciones, lo que has dicho o dejaste de decir, o si fuiste auténtico o no? ¿En qué forma fue afectado tu matrimonio (o cualquier otra relación importante) por tus creencias acerca de tu pasado?

Cuando hayas terminado, practica tu propia versión de la meditación enseñada en la Primera Lección acerca del estar en el AHORA, o escucha la meditación apretando el botón “Retornar al AHORA”. Conectate con la presencia y la gratitud mientras te vas quedando dormido.