En las próximas noches antes de acostarte, dedica unos minutos a repasar tu día. Toma nota de cuando estabas ansioso. La ansiedad es siempre un signo de una mente en el FUTURO. ¿ En qué estabas pensando en esos momentos de ansiedad? ¿Cómo imaginabas el FUTURO? Mira, también, los momentos en los que estabas esperanzado. ¿Qué estabas imaginando en ese momento? Ten en cuenta qué es lo que podrías haber estado evitando de ti mismo en esos momentos. ¿Había algo importante que necesitaba ser aceptado en el AHORA, en lugar de una fantasía que crea esperanza?

Cuando hayas reconocido algunas de las historias acerca del FUTURO, o lo que no te has permitido aceptar, simplemente míralos sin juzgamiento. Luego relaja cualquier tensión en tu cuerpo y practica la inducción del AHORA para producir un estado mental espacioso. A medida que te vas durmiendo, permanece bien plantado en el AHORA para generar un gentil sentimiento de confianza en lo que la vida pueda traer.